Krilli prepara la sopa de langosta. Su hermano Alli se sienta con los viejos pescadores, el último boxeador de la isla y el traductor del Quijote a islandés. Cada día encuentran una solución a los grandes problemas del mundo.
La sopa es tan exquisita que atrae multitud de autocares cargados de turistas. El éxito de la sopa supera todas las expectativas hasta el punto de captar el interés de unos ambiciosos inversores. Quieren comprar el local, ampliarlo y colgar un gran esqueleto de ballena en la pared. Una comedia deliciosa, con ingredientes dulces, picantes y melancólicos, sobre el alma humana y la vida en comunidad que se acaba convirtiendo en una radiografía de la decadencia consumista del mundo occidental.