Un sufrido teleoperador pasa buena parte de su jornada laboral escuchando insultos al otro lado del hilo telefónico. Desesperado, vender una oferta de telefonía móvil se convierte en una misión imposible.
Cada vez que nos llama alguien como Nelson, nuestro ritmo de vida acelerado no nos permite comprender que estamos hablando con una persona que simplemente está haciendo su trabajo. A medida que pasan las horas del día la falta de empatía y desprecio, convierten a la amable Nelson en un vendedor malhumorado y enfadado, víctima de un sistema laboral perverso que le impone unas duras condiciones salariales a cambio de resultados y beneficios.
Un retrato sin filtros que pone en evidencia la precariedad y la presión bajo la que trabajan muchos tele operadores y tele operadoras.