Soler entró en la escena del cine documental independiente dirigiendo los documentales Será tú tierra (1965) y El largo viaje hacia la ira (1969) sobre los primeros tiempos de unos obreros recientemente emigrados en Barcelona de varias regiones de España y 52 domingos (1966) sobre las penurias de unos jóvenes inmigrantes en Barcelona que, para escapar de la miseria, aspiran a convertirse en toreros.
En los años setenta se incorporó al conocido como “cine marginal” con películas como, entre otros: Noticiario RNA (1970) donde ironizaba con unas falsas imágenes del NO-DO como vehículo de adoctrinamiento franquista; Sobrevivir en Mauthausen (1975) sobre los españoles deportados a este campo de concentración alemán; Gitanos sin romancero (1976) sobre la comunidad gitana en Galicia y O monte e noso (1978) sobre la lucha vecinal contra una autopista y para recuperar montañas que fueron apropiadas por grandes particulares.
Más recientemente, se destacan los documentales Francesc Boix, un fotógrafo en el infierno (2000), Del Roig al Blau (2004), La mirada de Anna (2009) o 1000 lunas (2018). Además del documental, también ha tratado la ficción con Saïd (1998) o Lola vende cá (2000), reportajes y realizaciones televisivas y otros proyectos audiovisuales como las videoinstalaciones o películas de cariz más experimental. Ha compaginado sus tareas de dirección con las de dirección de fotografía de otros cineastas como Francesc Bellmunt, Helena Lumbreras o Jesús Garay.
