Una historia inspiradora que va más allá del mundo del deporte y nos muestra el voleibol como nunca antes lo habíamos visto. En la década de los 60, las jugadoras de la selección de voleibol de Japón eran conocidas como las “brujas del Oriente” por sus poderes sobrenaturales en la pista. El equipo era tan popular que diversas series de anime y revistas de manga se basaron en ellas. Actualmente aquellas ágiles jugadoras rondan los 70 años y sus delicados cuerpos esconden un pasado épico que pocos conocen.
El filme de Julien Faraut combina sus testimonios con imágenes de archivo inéditas de las sesiones de entrenamiento de una intensidad extrema. El trepidante ritmo del montaje, los sorprendentes fragmentos de anime y la banda sonora del músico francés K-Raw hacen justicia al talento de las jugadoras.
La exultante final de los Juegos Olímpicos -la primera vez que el voleibol era deporte olímpico- contra Rusia de 1964 en Tokio, marcó a diversas generaciones de japoneses que aún arrastraban las heridas de la II Guerra Mundial. El documental captura la emoción de aquella final de una forma incomparable.